LA RESISTENCIA

Cualquier estudio serio sobre el zurdaje no puede estar completo sin analizar la palabra mágica del zurdo, la “Resistencia”.
Al son de esta palabra, el zurdo siente una erección automática, y a la zurda se le mojan las enaguas, es como un encantamiento, una música divina, una delicia del paraíso.

No se sabe por qué, pero el zurdo siempre resiste. Aunque seamos sinceros: si usted le pregunta a 100 zurdos diferentes qué significa “resistencia”, le darán 100 definiciones no sólo diferentes sino, además, contradictorias y conflictivas entre sí. Y si insiste, son capaces de armar un Congreso Mundial de la Resistencia para tratar de ponerse de acuerdo en qué significa esa palabra, y seguramente terminarán a los piedrazos, peléandose entre facciones. Pero en fin, eso no importa, “la resistencia” es un aglutinante mundial de zurdos.

• Si el zurdo está en el poder, resiste para que no lo bajen (policía secreta, cárceles, fusilamientos, todo vale)
• Si el zurdo pelea por el poder, resiste al gobierno de turno (bombas, atentados, marchas estudiantiles, rin-raje, graffitis, todo vale)
• Si el zurdo es perseguido por el poder, resiste para que no lo extingan (se exilia a Europa y ladra desde allá, con el pellejo a salvo, lejos y tranquilo).

Siempre resiste. La “resistencia” es una misión suprahumana.

Por otro lado, está comprobado que un ser humano aprende sus primeras palabras en este orden:
1) Mamá
2) Papá
3) Coca
Y en caso del zurdo, la cuarta palabra, es Resistencia.

Sí, aunque a usted le parezca difícil que un tierno niño pronuncie esa palabra tan complicada, es más fácil esto a que un intelectual zurdo pueda definirla y vivir acorde a ella.

El zurdo siempre resiste, hasta el final. O hasta que se rinde, como el Che; o se suicida, como Allende. Pero bueno, claro, esto es un detalle menor, porque luego unos cantautores (zurdos, obvio) le inventarán coplitas en donde se dirá que murieron resistiendo.

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